sábado, 27 de enero de 2007

Scarlet Victoria: enemiga de la mediocridad


“Chavón, para mí, fue una enseñanza de vida.”
Scarlet Victoria


Scarlet Victoria nació a principios de la década de los 70, siendo la tercera de cuatro hermanos. Su determinación y actitud emprendedora comenzaron a notarse desde los primeros años de su infancia. De adolescente, recuerda que su hermana mayor se agenciaba los permisos sólo si era Scarlet la que iba en el volante.

Pronto descubriría su pasión por el arte y, específicamente, por la fotografía. Ingresó, sin embargo, a la carrera de diseño gráfico, mientras profundizaba sus conocimientos en la fotografía. Realizó estudios de fotografía en la casa fotográfica de Wifredo García, en Altos de Chavón y en New York. Comenta que la experiencia en Chavón la ayudó a encontrar un concepto para su obra de manera que motiven a un pensamiento. Desde hace unos años, ella misma se ha sumado a la lista de prestigiosos profesores de Chavón que han logrado posicionar en alto el nombre de dicha escuela.

Al principio de su carrera como fotógrafa profesional comenta que fue difícil incorporarse a un campo dominado por hombres, pero luego de ver sus trabajos la gente la siguió solicitando. Para 1995, luego de realizar los estudios en Estados Unidos, entra en contacto con otras fotógrafas dominicanas y comienzan a idear un nuevo proyecto. El 9 de agosto de ese mismo año el grupo femenino “Visiones x 8” realizó su primera exposición colectiva. Su obra innovadora, fresca y de franca denuncia al estereotipo de mujer en el país, causó críticas buenas y malas pero que posicionaron al grupo en un alto sitial de la fotografía contemporánea dominicana. El estilo de Scarlet Victoria quedó consolidado entorno a la mujer, su cotidianidad y la diversidad de roles que asume como madre, amiga, esposa, educadora, entre otros.

Una llamada interrumpió la conversación y al terminar, con una sonrisa enternecida, se disculpó; “era papi”, y no dijo más. “La artista”, como la llamaba su padre desde muy pequeña, también ha tenido que mantener un equilibrio entre su vida familiar y la fotografía, lo que a ella la llena de satisfacción. “Mi familia no la sacrifico por el éxito profesional”, dice Victoria. Gran parte de sus logros profesionales los ha alcanzado, afirma, por el poyo que desde siempre ha recibido de su familia. Con su esposo, también fotógrafo, tiene un estudio en el que hace fotografías de productos o publicitarias, fotografías de estudio y trabaja con colegios.

Tras preguntarle si Eduardo y Manuel, sus hijos, se han interesado por la fotografía se hecha a reír. Desde pequeños tienen su cámara análoga cada uno, comenta Victoria. “Les encanta irse conmigo a trabajar, sobre todo a Eduardo, el mayor”, y admite que “el chiquito tiene buen ojo”.

En su obra, Scarlet trata de plasmar ese equilibrio, ese sentimiento femenino y esa manera de ver las cosas como sólo la mujer puede. También, le gusta experimentar nuevos procesos, nuevas tendencias. Victoria está trabajando con cianotipos, un tipo de proceso de revelado monocromático, para su próxima exposición individual.


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