sábado, 17 de marzo de 2007

En el país de las mil maravillas en el día más soleado llueve

Marjorie se levantó con la luz del sol entrando por la ventana en su casa de Jarabacoa. “Va a ser un día muy soleado”, pensó.

Después de desayunar salió a tomar un poco de sol al balcón, ya que estaba un poco asueñada y la mañana estaba fresca.

Poco antes del medio día, bajó a la calle con su prima a terminar su práctica de fotografía. Tenía que tomar tres fotos a contraluz y el sol se encontraba en posición perfecta.

Su prima tomó las fotos con algunos inconvenientes, ya que de vez en cuando aparecían una que otra nube tapando el sol.

Luego de terminar la práctica, subieron a la casa a comer y al terminar se nubló el cielo completamente.

A las 6:00 de la tarde salían para la Capital con una leve llovizna, pero al adentrarse en carretera, estaban bajo una copiosa lluvia que no parecía parar.

Al llegar al cruce de la Vega Real a las 6:30, el cielo indicaba otra hora por la oscuridad de sus nubes.

Así transcurrió todo el camino hacia Santo Domingo, una lluvia incesante que daba una idea de lo que fue el diluvio universal. Porque hasta el día que parece más soleado, en este país de las mil maravillas, llueve.

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