Dos años y siete meses de gobierno, aún no termina el periodo y ya los partidos políticos tienen fecha para las convenciones y los precandidatos se colocan los guantes para la contienda.
En este ring de batalla, las armas no son los puños, ni el derechazo más acertado, sino la publicidad y las promesas, que verdaderas o no, se repiten a través de los años.
En este ring de batalla, las armas no son los puños, ni el derechazo más acertado, sino la publicidad y las promesas, que verdaderas o no, se repiten a través de los años.
Anuncios de televisión, vallas, spots de radio y páginas de Internet se han convertido en el pan nuestro de cada día, destronando al gasto del Metro de Santo Domingo y a la Reforma Fiscal de la mente de los dominicanos y la opinión pública.
Canales de televisión, periódicos y emisoras radiales pasan la publicidad de los pre-candidatos constantemente, obligando a los dominicanos a escuchar el tema del MVP o los buenos deseos del pre-candidato del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Eduardo Estrella.
Increible, injustificable y hasta gracioso es como los pre-candidatos se proclaman los próximos presidentes de la República acercándose con su sequito tal como Jesucristo y sus apóstoles. Más aún es el presentarse junto a sus familias en medio de luces y ambiente navideño para desear un prospero 2007, cuando desde las elecciones pasadas no se sabía nada de ellos.
Pero, más ilógico es que traten de convencer al pueblo de sus méritos, capacidades y disposición cuando todavía no han sido elegidos dentro de las organizaciones a las que pertenecen.
Es cierto que falta un año para que se termine este periodo presidencial, y que los partidos deben escoger, con tiempo, al candidato que llevarán a las elecciones del 2008. Pero no es necesario saturar al país con una publicidad que debería ser interna.
Así que pre-candidatos, en lugar de lanzar pelotas de béisbol a los problemas de la nación, llenar de vallas las principales avenidas y defender sus capacidades, trabajen en sus propuestas de gobierno y convenzan a los militantes de sus partidos; ya habrá tiempo para los demás ciudadanos.
Canales de televisión, periódicos y emisoras radiales pasan la publicidad de los pre-candidatos constantemente, obligando a los dominicanos a escuchar el tema del MVP o los buenos deseos del pre-candidato del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Eduardo Estrella.
Increible, injustificable y hasta gracioso es como los pre-candidatos se proclaman los próximos presidentes de la República acercándose con su sequito tal como Jesucristo y sus apóstoles. Más aún es el presentarse junto a sus familias en medio de luces y ambiente navideño para desear un prospero 2007, cuando desde las elecciones pasadas no se sabía nada de ellos.
Pero, más ilógico es que traten de convencer al pueblo de sus méritos, capacidades y disposición cuando todavía no han sido elegidos dentro de las organizaciones a las que pertenecen.
Es cierto que falta un año para que se termine este periodo presidencial, y que los partidos deben escoger, con tiempo, al candidato que llevarán a las elecciones del 2008. Pero no es necesario saturar al país con una publicidad que debería ser interna.
Así que pre-candidatos, en lugar de lanzar pelotas de béisbol a los problemas de la nación, llenar de vallas las principales avenidas y defender sus capacidades, trabajen en sus propuestas de gobierno y convenzan a los militantes de sus partidos; ya habrá tiempo para los demás ciudadanos.
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