sábado, 17 de febrero de 2007

¿Qué criticamos?

Nuestro país goza de una extensa agenda cultural. Aún con los tapones, los escombros que deja el Metro y las veinticuatro horas de luz que sólo disfruta Villa Juana, los dominicanos nos refugiamos en el arte.
Festivales de teatro, musicales y estrenos de películas, son la excusa perfecta para soltar una carcajada sin que nadie te mire mal y, por qué no, también una lagrimita.
En los últimos días los estrenos se han intensificado y, de la misma forma, las criticas en los medios de comunicación. Reseñas que, sin embargo, no tienen nada de críticas.

El sólo mencionar la belleza de la cubierta y obviar los problemas del interior es publicidad, no critica. Asimismo, el puntualizar los defectos, sin reconocer las bondades de un espectáculo es predisponer al público, no comentar con objetividad.

Pero, como se les puede pedir imparcialidad a pintores, escultores y cineastas que escriben una columna y no conocen el oficio periodístico. Este desplazamiento de los periodistas especializados por los actores principales del arte ha salido caro.

Caro a los espectadores que no encuentran orientación de a que espectáculo ir; a los promotores y actores que se presentan ante salas vacía y, por último, a los medios de comunicación por reemplazar paquetes consistentes por otros atractivos, pero vacíos.

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